jueves, 20 de marzo de 2014

Después de casi dos semanas de eterno anticiclón (sí, como lo oyen, más de diez días seguidos de sol), este sábado 15 de marzo amanece con un cielo plomizo y una temperatura de unos once grados. Condiciones ideales para meterse 31 km y 1700m+.

Salgo desde atrás después de un emotivo aurresku que nos baila una moza a los más de 250 deportistas. Los primeros kilómetros son rápidos, salpicados por alguna dura tachuela y un par de bajadas embarradas que impiden que uno pierda la concentración.


Después de alguna exigente y prolongada rampa iniciamos el descenso a Larrebetzu, por donde pasaré en el kilómetro 14 entre los ánimos de todo un pueblo volcado con esta carrera, con un tiempo de 1 hora 26 minutos. Voy según lo inicialmente planeado.

Ahora toca la segunda parte, la más dura, de 17 km. Tramos de mucho barro, y tras un par de muros de los que hacen sudar, iniciamos la subida al techo de la carrera, el monte Bizkargi. La verdad que voy bastante a gusto y finalmente esta ascensión no resulta tan fiera como puede parecer viendo el perfil de la prueba. Una vez arriba rodeamos la ermita y el monumento a los gudaris de la Guerra Civil y damos paso al descenso, que guarda un par de trampas en forma de repechos. Ya las piernas no están tan frescas como antes, pero aún así sigo disfrutando.


Cuando se cumplen 3 horas y 49 minutos desde el pistoletazo de salida, paso por la línea de meta.
La verdad que hacía tiempo que no se me quedaba tan buen sabor de boca después de una carrera de montaña. Hoy, a pesar de que todavía ando escaso de preparación, las piernas han respondido. La mente también.
Clasificación absoluta AQUÍ.

Próxima parada: Debutar en el mundo de los duatlones, concretamente en Barakaldo.

Categorías: ,

0 comentarios:

Publicar un comentario

Subscríbete al Feed RSS Feed ¡Sígueme en Twitter!!